sábado, 8 de marzo de 2025

Aburrimiento en el parking












 









Luces y reflejos 

El parking subterráneo olía a humedad y gasolina, con el eco de un motor apagándose en la distancia. Bajo la luz fría de los neones, ella se acomodó el abrigo largo sobre los hombros, dejando al descubierto su top naranja y su piel tensada por horas de gimnasio. No había prisa. No había nadie más. El Volvo XC60 detrás de ella tenía una fina capa de polvo, como si llevara días sin moverse, pero sus reflejos en la pintura azul metálico capturaban el juego de luces del lugar, dándole un aire de escenario improvisado. Ella arqueó la espalda, inclinándose apenas, y con una sonrisa desafiante tiró un poco del pantalón deportivo, dejando entrever el trabajo duro de su abdomen. Sabía que el objetivo de su teléfono estaba grabando también sabía exactamente qué ángulo la hacía ver indomable, era su propio show, su momento de éxtasis, el coche de su ex aún estaba ahí, ocupando su sitio, pero esta vez no era ella la que se iba llorando del parking. 

Esta vez, ella era la dueña del encuadre.

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